Por Brenda Trujillo
Dedicatoria general:
Creando el tiempo para transmitir unas cuantas palabras, dirigidas a todos aquellos que han permanecido conmigo en los últimos meses.
Es merecedor de un aplauso, dada la gravedad de mis catarsis y mis demandas de acompañamiento.
Asimismo, también saben que hay reciprocidad. En cualquier momento, les ofrezco solidaridad, cariño y comprensión inigualable, cero hipocresías y lo que esté a mi alcance en ese momento.
Algunos ya lo han visto anteriormente y los que no lo han visto enteramente, ya habrá ocasión del descubrimiento.
Estos mensajes son particulares, pero antes de personalizar mi dedicatoria, emito lo comunitario:
Es para los que me vieron, sin adornos; primero en la cima, luego en la fosa y, aun así, decidieron quedarse conmigo. Es para quienes, dentro del tormento, me hicieron vivir un episodio risueño y alentador. Es para los que vislumbraron esperanza y confianza, pese a mis equivocaciones en instantes críticos.
Radiante y guerreros es lo que alguna vez fuimos, antes de esto, y consecuentemente podríamos ser líderes astronautas, pero será elección de cada uno de nosotros si somos astronautas enérgicos o taciturnos.
El tiempo no hace la diferencia
Una nueva experiencia
El apoyo inimaginable
Un telefonazo nos hizo amigas
Lo impensable
Nuestro cultivos y escritura
Lo abstracto nos hace especiales
Un hombre disciplinado
Lo enigmático de nuestra amistad
Nocturnos en Santa Lucía
Los laberintos de la espiritualidad
Recordatorio profundo
La unión y amor de nuestra rudeza
Eres parte de mi historia…
El tic tac del reloj no miente…
El sonido insólito de la mente
No hay vuelta en los años…
Hermana y amiga
Eres trascendental para mi…