Por Brenda Trujillo
Cuando mi teatro oscila entre la realidad y la ficción…
El tiempo irremediable,
Azota mi realidad,
La campana traspasable,
Irrumpe a mi voluptuosidad.
Todos saben de mí,
Pero nadie sabe de mí,
Mis secretos aumentan,
¡Sonrío! Y no se limitan.
Envuelta en palabras,
Encerrada en el edificio,
Reflexiono y me desvivo,
Me entrego a las alegorías,
Renuente al sacrificio,
Se convierte en incentivo.
¡Diantres! Naturaleza andante,
Osténtame y muéstrame,
Aquella novedad,
Qué con tanto ahínco,
Me provoca eco,
La insólita posibilidad,
De centrarme y mudarme,
A una dimensión ardiente
¿O fuera de lo corriente?
¡Perdóname, fuerza natural!
¡Sí! Te he fallado,
Sin confesarte,
Algunos demonios,
O cierta aventura descomunal;
Me he entregado,
A tu puente,
Al de los castigos…
Yo soy la condenada,
Un tanto apenada,
Otro tanto orgullosa,
Me declaro silenciosa,
Hasta el sueño eterno,
Y en el tiempo nocturno,
Prometo, aún con copas,
No revelar mis alas secretas…
Me gusta el juego de palabras en donde dice mucho con pocas palabras, un poco confuso pero me gusta, en donde me hace pensar en mi vida también.