R.A. Lo inimaginable; nos conocimos en un contexto un poco rudo y con mis prejuicios, jamás imaginé que tuviéramos el trato amistoso y laboral que tenemos ahora.
Jamás visualicé nuestro panorama actual, quién menos lo esperas es quien te tiende la mano y eso es admirable en ti.
Es fácil que me encariñe con las personas y espacios cuando me siento parte de ellos, y eso es lo que me ha ocurrido contigo y la pacífica cafetería. Si la dejo por completo sentiré nostalgia, pero sabemos que son etapas.
El trajín e infinidad de explosiones que te he provocado no ha sido menor, ni fácil, agradezco esas tolerancias y esos muros de aprendizaje para que tratara de entender, entre la batalla de mi temperamento y la creación de necesidades viciosas.
Increíble, en un abrir y cerrar de ojos, nos estábamos conociendo, nos estereotipábamos y ahora, hemos atravesado el umbral de las fragilidades…
Espero tener la fortuna, en un futuro, retribuya a mi modo, el respaldo que me has ofrecido…