El paseo anual y sus diferentes matices

Por Brenda Trujillo

Por Brenda Trujillo

Los momentos se entretejen en un pestañeo. Un amigo me decía que los instantes son un parpadeo; un enero del 2020 nos encontrábamos trabajando en la entrega de unas despensas y al año siguiente, el cual parecían minutos, estábamos apagando las velitas de un pastel.

Es decir, así se va la vida y los años. Nuestras etapas de niñez, juventud, adultez y vejez. Son fabulosas con una variación de monotonía y cuestiones fantásticas, pero llegan a su fin, es lo taciturno y a la vez el sentido de la propia existencia, paradójicamente.

Personas que amamos también se van de nuestras vidas con mucho dolor, a veces. Pero es la batalla constante y la aceptación. Lo que debemos trascender.

Cada individuo tiene sus gustos y su pasión por una carrera, a lo que se dedica, pero lo bello de las humanidades, es que la vida también es un arte, es lo que la convierte en bonita y misteriosa.

2024, lo definiría como un intermedio de madurez y hedonismo. Los tiempos y costumbres se van transformando. Llamése niño, adolescente, joven, adulto, adulto mayor, en este año nos tuvimos que adaptar a nuevas formas de régimen, de política, de emociones, entre otros.

Este año fue más luz que oscuridad, una gran enseñanza de la psicóloga.


Si tú te encaminas por un sendero de la luz, vas a invitar a otros que sigan su camino de luz, incluso a la persona menos pensada. Por ejemplo, a algunas personas que han obrado mal, o han iniciado un camino de malhechores o delincuencia, ellos también tienen luz y es lo que necesita este mundo. Abrir ese camino.

Por ende, en este año, les mando mis mejores felicitaciones y deseos mas sinceros, pese a mis fallas, a quienes ya no están presentes de forma material, s quienes fueron y siguen siendo muy importantes para mi aunque ya no convivamos , a mis amigos que frecuento últimamente y entienden mi rol, a mi amiga de la cafetería, a mis camaradas agrónomos, a mi familia, mis padres, a mi prima por darme un espacio para vivir con ella, a mi psicóloga, quien ha sido fundamental para que mi óptica cambie y no tome una decisión drástica en mi vida.

Les dedico estas palabras:

Las doce campanadas…

El viento nos libera,
Pero nos cuestiona,
La llave desenmascara,
Y nos avisa con la campana.

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