Felicitación simbólica, lejana y sincera.

Por Brenda Trujillo

Por Brenda Trujillo

Si nos dejamos de hablar, siempre te tendré un profundo cariño

A través del lente reparador e imaginario, manifiesto empatía por todos aquellos y aquellas que desean felicitar a alguien que aman en el día de su cumpleaños, pero ya no es posible.

Pueden ser diversas razones, la más inmediata y razonable, es porque el personaje del cumpleaños murió. Las otras son por una ruptura, es decir, que dejaron de comunicarse ante una pelea, diferencias, malentendidos, malas acciones, etc. Y dónde ya no hubo perdón o reconciliación.

Pese a ello, las personas quisieran enviar una felicitación al ser querido, aunque ya no se encuentre presente para convivir con él o ella.

En ocasiones, los dos están con vida, en la Tierra, pero su temporada de interacción ya pasó, en el corazón siempre permanecerán, pero si se intenta una comunicación pueden resurgir recuerdos que alteren más al alma como tristeza, rencor, decepción, y sobretodo, añoranza.

Normalmente, una de las partes es la que quiso más la separación, por sus convicciones y valores que ya no pudieron dar continuidad a la interacción de ese amor o amistad.

Pero lejos de todo eso, y de que debemos aceptar ciertas cosas en el transcurso de nuestra existencia, en el día de su cumpleaños, estamos para rememorar lo mejor de ese personaje que quisimos tanto y queremos aún en la fecha. Valorar los instantes que impulsaron una chispa de dicha.

La lejanía provoca apreciar lo que tenías. Suele pasar. Erramos los humanos, cuando creemos que tenemos todo seguro.
Recuerden: nada es seguro, más que la muerte.

Desde lo más sincero de mi ser, expreso una felicitación de cumpleaños, a una persona muy especial.


Este 3 de julio, honro la memoria de una buena camarada, una tocaya, admiro su disciplina, perseverancia y ternura.
Con gran cariño la abrazo de forma virtual.

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