E.L.
Aún recuerdo cuando ibas de copiloto y escuchaba tu risa. Nos identificábamos, pero no habíamos intimado. Eras solamente uno de Infraestructura y seguramente yo para ti, una de Desarrollo Rural.
Te vi lejano en ese instante. Sin embargo, percibí tu compañerismo y alegría en tu trato, me gustó. Siendo un poco reservada, al principio, me dieron ganas de acercarme más a ti, tanto así que a las dos semanas te invitaba a mi pequeño refugio.
Lo que casi nadie; entiendes perfectamente mis proyecciones abstractas y divagaciones.
Lo increíble; podemos dialogar acerca de cualquier rumor de pasillo, hasta un tema profesional o emocional.
Eres muy lindo en el sentido de comprender mis tormentosos y maravillosos sentimientos, a la vez.
La locura nos define…
No has dejado de estar para mí, en los últimos tiempos tan difíciles…