El gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, aseguró que ante la tragedia de San Pablo Xochimehuacan, los primeros implicados son el dueño del predio y el del camión cisterna, situaciones que no quedarán impunes, ya que se provocó el derrumbe de 54 viviendas, la muerte de una persona y 15 se encuentran heridos.
La toma clandestina de un gasoducto de la petrolera estatal Pemex generó estos daños en la población, el domingo en la madrugada.
Las autoridades informan que la explosión se debió a una toma clandestina de gas. La detonación tuvo lugar en un predio donde había un camión cisterna habilitado para sustraer cerca de 10 mil litros de gas licuado.
En plena madrugada lo vecinos de las avenidas Gasoducto esquina con Ferrocarril, detectaron un fuerte olor a gas y minutos más tarde, escucharon hasta cuatro detonaciones.
Más tarde, al lugar de los hechos, arribaron paramédicos y bomberos, junto con los elementos de gobernación del ayuntamiento de Puebla, del presidente municipal, Eduardo Rivera Pérez, personal de Protección Civil Municipal y del Estado, de la Guardia Nacional, el Ejército Mexicano, de Pemex, al igual que paramédicos y bomberos, quienes hallaron a personas heridas por quemaduras y golpes, casas derrumbadas y con daños estructurales.
Al poco rato, se instaló un albergue temporal para auxilio de los heridos y los afectados.
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