Beatriz García
Muchos centros de trabajo, resaltan que cuentan con un excelente ambiente laboral y la realidad es que muchas veces eso desalienta más de lo que atrae al momento de ser empleado.
El tema es grande, va desde que los jefes dan privilegios a quien “mejor le cae”, a empleados que te “piden favores” como que tu hagas la parte que a ellos les corresponde, los cubras en tus días de descanso, los compañeros de trabajo suelen hacer insinuaciones disfrazadas de bromas, sobrenombres, diminutivos, entre otros.
Tienes dos opciones; la primera que te niegues a entrar en ese sistema y te vean como antipático, distante y eventualmente como sobrante o bien la segunda que te unas al sistema pongas la mejor cara ante cada situación que te desagrade y que así seas considerado como una parte más del engrane y no tengas mayor problema.
Las llamadas fuera del horario laboral no son ponerse la camiseta; el que te llamen de cualquier otra manera distinta a tu nombre, si no te hace sentir a gusto no está bien; el que opinen de tu vida personal o te induzcan a tomar decisiones de la misma tampoco son aspectos que conformen un buen ambiente laboral, eso es hostigamiento.
Hay que aprender a poner un alto de manera políticamente correcta, así como aprender a saber leer las señales que den en tu entorno para saber cuándo alguien no está a gusto con alguna actitud, las señales pueden ir desde no responder tus llamadas o mensajes, los silencios incómodos en las conversaciones o la ausencia del mismo trato hacia los demás respecto a ti.
Más noticias: