Estudios del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Sistema Nacional DIF muestran que aproximadamente 16 mil niños, niñas y adolescentes mexicanos han sido víctimas en prácticas de prostitución, pornografía, turismo sexual y tráfico con fines de explotación sexual.
Resaltó que en Puebla la pornografía infantil, aumentó en los meses de marzo y abril, hasta un 73 por ciento respecto a su consumo de acuerdo a datos de la Secretaría de Igualdad Sustantiva.
“Se requiere que el delito de pornografía infantil no caduque, ya que en la legislación actual, las víctimas de este delito tienen un máximo de 10 años para poder realizar la denuncia correspondiente, a pesar de que sus estragos pueden durar toda la vida”.
Rodríguez Della Vecchia asegura que la pornografía infatil es una de las formas más graves de violencia y una severa violación a los derechos de los menores que no debe prescribir para que no haya impunidad y que los responsables enfrenten la justicia.